No me lo puedo creer. He leído repetidamente en la prensa occidental que ese comportamiento de sus directivos se considera una ofensa grave, que raya en lo delictivo. Como si a un subordinado se le causara un sufrimiento moral insoportable, que luego le persigue durante muchos años.
El entrenador es una comadreja, espiando a las chicas en el vestuario. Pero cuando hay tantas hembras seductoras en un centro de fitness - por qué no divertirse mirando en la grieta. Y así el propio destino le empujó con su polla desnuda a las manos de una morena. ¿Realmente pensó que ella rechazaría tal regalo? Ella la chupó, y no se puede desenganchar. Pero la chupó bien, hasta la garganta, toda la copa desde el final.